El coworking es una tendencia al alza que está generando expectación últimamente. Sus significados actuales pueden verse desde diferentes puntos de vista.
Oficilamente, coworking significa ‘trabajar colaborando’ y forma parte de otras formas de trabajo alternativas que hace tiempo que funcionan. Con ello, nos referimos básicamente a compartir un espacio de trabajo. La mayoría de espacios empezaron por la necesidad de optimizar costes entre trabajadores independientes o pequeñas empresas que no tenian la necesidad de un espacio propio; aunque pronto surgieron espacios diseñados y abiertos especialmente para ello, para alquilar mesa y silla a particulares y ofrecerles un espacio donde poder desarrollar su actividad como autónomos, sintiéndose parte de algo y teniendo una ‘oficina’ a la que ir, como el resto de mortales.
El coworking se ha ido implementando como filosofia para romper con la competencia, el estrés y la verticalidad agresiva de las organizaciones laborales tradicionales.
Dejando las discusiones semánticas y la vista general del tema, vayamos por partes. La idea básica de un espacio de coworking pasa por dos palabras: espacio y comunidad. MOB, el espacio que nosotros gestionamos desde diciembre, nació primero como un espacio y progresivamente está generando una comunidad. La idea de la comunidad es la que da todo el sentido a la filosofia del coworking, que significa colaborar. Pues, en nuestro caso, la idea es crear una comunidad para la creatividad. Eso significa que si tenemos un copywriter y un diseñador, ambos, eventualmente, pueden trabajar juntos y la ventaja de ello es que ya se conocen, saben cómo trabajan, incluso en los proyectos que estan metidos. O también significa que somos una red a la que acuden personas en busca de profesionales. Porqué todos sabemos de linkedin o facebook pero al final, lo que se estila es el clásico boca-oreja “oye, conoces a algun diseñador web?”.
Para crear esta comunidad de profesionales independientes y para que ellos se relacionen cómodamente lo importante es el espacio. Cecília Tham, mastermind de MOB, se enamoró de un local de 1000m2 en el eixample Barcelonés; un antiguo almacén textil con columnas de hierro forjado y sótano con patios de luz natural. En seguida visualizó lo que acabó siendo real: un espacio diáfano, con mesas y sillas y un par de salas cerradas donde los usuarios trabajan y tienen a mano al resto de personas. Un poco como Noé (y permitiendonos la hipérbole) ella construyó el arca y, poco a poco, los diferentes profesionales van llenando el espacio (arquitectos, programadores, diseñadores, fotógrafos, editores etc).
El modelo de negocio se basa en el alquiler de las mesas. En MOB nos gusta pensar que somos como un gimnasio de trabajo. Tu pagas por un servicio y por ser socio de una comunidad. El equipo que gestionamos el local debemos organizar actividades que permitan a los coworkers relacionarse o conocerse entre sí. Por ello, el surprise sandwich day es algo que ha triunfado en MOB y además nos gusta metafóricamente: Un dia a la semana, nosotros ponemos el pan (espacio) y los miembros traen los ingredientes (comunidad). Así, a cada mordisco, la variedad gastronómica resulta deliciosa.
Para nosotros (y para todos los otros espacios), el reto es doble: debemos comunicar la tendencia y trasladar la filosofia a la sociedad; y luego atraer a los miembros que haran realidad el proyecto. Como dice Cecília: fingers crossed ¡hay que ser valiente y constante para lanzarte a una aventura como estas! Pero vale la pena, solo por haber conseguido crear una comunidad de amigos de todas partes del mundo, llenos de talento y proyectos interesantísimos
1 Necesidades elementales
Las necesidades elementales son esas necesidades casi fisiológicas que algunos trabajadores autónomos sufren por no tener un espacio de trabajo realmente operativo. Por ello, un espacio de coworking debe ser capaz de ofrecer lo mínimo para que podamos trabajar en buenas condiciones:
• Una conexión Wifi eficiente.
• Un puesto de trabajo cómodo
• Equipamiento (impresora, escáner, etc…)
• Almacenamiento (armarios)
• La posibilidad de comer y beber en el propio espacio.
• Salas de reuniones.
• Tranquilidad en los espacios dedicados al trabajo individual. (Para escapar de la terrible maldición de la procrastinación)
2. Necesidad de seguridad
Lejos de los ingresos fijos y regulares de cuando se es asalariado, llegan las grandes responsabilidades y las elecciones arriesgadas.
Esta inseguridad, habitual para los profesionales independientes, se puede mitigar con el coworking.
• Seguridad económica (pagan sólo durante su estancia)
• Clima de confianza
• Ambiente distendido
• Posibilidad de compartir y recibir consejo
3 Necesidad de afiliación / pertenencia a un grupo
Un espacio de coworking es principalmente una comunidad unida en torno a unos valores comunes y con un estilo de vida compartido.
Un espacio de coworking digno de ese nombre nos permite a cada uno ser parte de un equipo que vive, trabaja y actúa en conjunto. Esto se manifiesta en particular en:
• Los eventos profesionales que reúnen a la comunidad.
• El desarrollo de relaciones amistosas entre los miembros
• El aumento de iniciativas colectivas entre los miembros
4 Necesidad de reconocimiento
Un espacio de trabajo eficiente, un entorno estructurado, una comunidad cuyos miembros se asemejan entre sí y se apoyan. El marco existe para que todos puedan expresarse.
Como miembro de una comunidad de coworkers podrás:
• Ser reconocido por tus competencias
• Participar como actor en la comunidad
• Lograr público para tus proyectos
5 Necesidad de autorrealización
Gracias a un espacio de coworking, podremos:
• Fomentar la creatividad
• Seguir avanzando mediante la formación y la interacción diaria
• Vivir y trabajar de acuerdo con determinados valores
• Transmitir el conocimiento
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